Cuando se hace referencia al término "chalán", su uso se ha extendido a ser asociado intrínsecamente con el hombre de la costa del Perú vestido de blanco y que cabalga el Caballo Peruano de Paso, y aunque no es incorrecta esta acepción, sí cuenta con algunas imprecisiones. El término "chalán" no se ciñe únicamente al hombre descrito líneas arriba, sino que está relacionado con una serie de usos que incluye gentilicios (por el distrito de Chala en Arequipa) o aquel que trabaja la chala.
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Pero cuando se hace referencia al "chalán" típicamente conocido por bailar la marinera con la vestimenta tradicional y cabalgar el Caballo Peruano de Paso, no basta solo con estas características para que lo denominemos como tal. Tampoco sería preciso señalar como "chalán" solamente al adiestrador del caballo del Perú y más apropiado sería hablar de esta persona bajo el término de "quebrantador" o "enfrenador", según señala la Revista "Chalán" en su primer número de 1987 al buscar un significado más certero.
La misma publicación expone una serie de definiciones que podrían resumir a la imagen del chalán como aquel cumple aquellas características tradicionales de vestimenta y que se conduce a la perfección sobre el Caballo Peruano de Paso, pero también se destacan otras características como la conexión entre el equino y el jinete, ambos en una relación de simbiosis.
En ese sentido, el "chalán" es un hombre con clase en su trato al Caballo Peruano de Paso y tiene una serie de cuidados con este, desde su aseo hasta los implementos que se le colocan al caballo; sabe cuándo premiarlo y cuándo corregirlo con propiedad. Y lo más importante de todo, es que se reconoce a sí mismo junto con el Caballo Peruano de Paso como representantes solemnes de nuestro patrimonio.
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